Gastronomía de Marruecos

COMER EN MARRUECOS, OTRO DE LOS PLACERES

Una de las preocupaciones de muchas personas en el momento de elegir destino para las vacaciones, es «qué voy a comer?».

Me he sentido siempre muy afortunada de no ser tiquis-miquis con la comida, de probarlo siempre todo (sí, todo, incluso insectos en Tailandia), de juzgar por el sabor y la textura de lo que pruebo y no por la apariencia o los prejuicios. Soy afortunada porqué eso me ha llevado a descubrir mucho sobre qué se come por ahí, a descubrir sabores nuevos, que parecen imposibles, explosiones de sabor. Allá dónde fueres, haz lo que vieres, una vez más.

Digo esto, aunque en Marruecos no hace falta que les convenza con estos argumentos para que lo prueben todo. Lo harán por ustedes mismos.

Hemos hecho mención ya al hecho que Marruecos es el país de los olores, colores, sensaciones, emociones, contrastes… y todo esto también se degusta en su cocina, en su mesa.

A quienes nos gusta comer,  en Marruecos tenemos una gran variedad de platos para disfrutar. Los ingredientes no distan mucho a la del resto de países mediterráneos: carne, pescado, verdura, frutas, aceitunas… pero con su toque: las especias. El comino, azafrán, cilantro… le dan ese toque tan étnico a la cocina marroquí.

El plato más extendido es el tajin, que no es un alimento, sino la forma de cocinarlos. El pescado, el cordero, la ternera o el pollo en una cazuela de cerámica, tapada con un cono, también de cerámica. Todo ello, acompañado de verduras y pan (es el mejor que he probado nunca, hecho en hornos de piedra tradicionales) y también de las aceitunas, aderezadas con especias, exquisitas.

Otros platos típicos son el cous- cous, la harira (sopa con legumbres), las brochetas (pinchos de carne) incluso las pizzas, que se personalizan ya que incluyen sus productos de la tierra (hay que ver lo curioso de la pizza, es sólo pizza y está presente en muchos países del mundo, pero en cada lugar tiene un sabor, porqué cada lugar le da su toque). Aquí hay que probarlas también, incluso la pizza bereber, tipo empanada y con cilantro.

Pero, y ya como opinión personal, el que sí hay que probar también es la pastela (que encontrarán escrita como pastilla), que la pueden encontrar de pollo o de pescado (mi preferida).

Por supuesto, no podemos finalizar este post sin hacer mención a los dulces, muy dulces, hechos con almendras y miel, también pistachos. Además de buenos al paladar, son preciosos para la vista por sus imposibles formas.

La comida marroquí es muy fácil de comer, aunque muy laboriosa para quien debe cocinarla. Siéntanse y disfruten, están de vacaciones! Qué aproveche!

P.D.: No se olviden de tomar el té!

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