Con este artículo, y antes de que vengan las vacaciones, iniciamos un seguido de entradas para sugerir qué hacer (lo que todos los turistas quieren ver y lo que no saben que se puede hacer) en las diferentes ciudades de Marruecos, en 1 o 2 días.
Como cualquier destino, como más tiempo podamos disfrutar de un mismo lugar, mejor, podemos ver más cosas y aprovecharlo más. Pero, como siempre, tenemos los días contados y preferimos ver más sitios que no dedicarle mucho a un solo lugar. Por eso haremos el planning de cada una de las ciudades más visitadas para 1 o 2 días.
Empezaremos por Marrakech, la central del turismo, aunque no sea la capital del país, pero es la cuarta ciudad más grande del país, y la capital del Sur. Su nombre original en bereber significa «Tierra de Díos», y fue fundada en el año 1062 por los almorávides (que también gobernarían Sevilla en el mismo tiempo histórico), de hecho fue la capital del Imperio islámico en la Edad Media, que abarcaba los territorios del actual Marruecos y el sur de la Península Ibérica. Aunque fue fundada en el s.XI, hay vestigios de asentamientos desde el Neolítico y ha sido punto de parada y avituallamiento en la ruta comercial del norte de África con el África negra, a través del Sáhara.
Marrakech es una ciudad asombrosa que a cada parte del día ofrece actividades diferentes, tiene una luz diferente, un ambiente diferente y, por lo tanto, nos tiene ocupados todo el día.
En cualquier blog de viajes y viajeros encontraremos información de los lugares y monumentos que visitar. Pero una ciudad como ésta, con su exotismo, vale la pena recorrerla por muchos otros motivos más. Lo primero que tenemos que hacer para visitar Marrakech es olvidar el típico ritmo que llevamos los occidentales cuando vamos a visitar ciudades europeas, por ejemplo: levantarnos súper temprano, desayunar bien y ponernos en marcha, porque a las 8 queremos estar en tal, y hay cola, queremos verlo todo bien; a las 9 y… queremos estar en otro sitio, para también verlo, y antes hay que caminar, o coger el metro, o…. Así que nuestro plan de viaje para las visitas de la ciudades es madrugar, ver, ver, ver y caminar, caminar, caminar…. Hasta que llegas a las 10 de la noche al hotel, y estás muerta de cansancio y te duelen las piernas.
En Marrakech, no.
No hace falta madrugar, a no ser que sea verano, entonces tendremos que aprovechar antes que haga demasiado calor como para ir rondando por las calles (aunque las calles de la medina son estrechas, y con sombra, son un lugar más fresco que en plena plaza Djema el Fnaa). En verano, las horas centrales del día las tenemos que dejar para estar a cubierto, ya sea en el riad que se está muy fresco con esas gruesas paredes, ya sea en una piscina, si nuestro hotel la tiene. El resto del año es agradable pasear durante el día por sus calles.
Hay que tener en cuenta, que por mucho que queramos aprovechar el día nosotros y madruguemos, allí, la gente local no es madrugadora (cuando explique las actividades de la tarde- noche entenderéis porqué no madrugan) y suelen abrir los locales de tiendas u otros servicios más tarde, a partir de las 10 o las 11. También hay que tener en cuenta si es viernes. Los viernes es su día del señor, así que, o bien algunos cierran, o la mayoría (porqué viven del turismo, y turistas dispuestos a gastar hay todos los días), cierran sobre las 12 o 1 del mediodía, para volver a abrir por la tarde. Los que no abren, sí lo suelen hacer ya al anochecer. Y es que el atardecer y noche son momentos con mucha vida en las calles de las ciudades marroquís.
Bueno… una vez hemos desayunado, vamos a ver los monumentos que tenemos en la medina: tumbas sadianas, la mezquita de la Koutubia y el Palais Bahía (entrada para el palacio y las tumbas, la mezquita, su torre, gemela de la Giralda, se ve desde fuera). Otras visitas que hacer, ya por la tarde, porqué después de estas visitas, es recomendable tomar fuerzas: qué tal un zumo de fruta natural que te hacen en las paradas de la plaza Djema el Fnaa, o qué tal comer una pastela (o un tagine) y un té?
No sé si es correcto hacer propaganda, pero la pastella con queso de cabra que hacen en el Zaitoune Café de la plaza Djema el Fnaa, es espectacular!!
Otras buenas visitas recomendables, y aprovechando el calor también, son los Jardins Majorelle, en la casa de Ives Sant Laurent. Son un pequeño oasis de color y frescor en la ciudad. Y después, hay que ir a los Jardines de la Menara, donde el atardecer es una verdadera delicia, y así nos ahorramos el sol abrasador. Una vez hechas todas estas visitas, qué hay mejor que relajarse y descansar, y de paso, ya salir limpio del hammam? Hay que probar el hammam. En nuestra cultura somos pudorosos con el contacto y con el desnudo, pero en la cultura árabe es un ritual de limpieza y sociabilidad. Dejen de lado los prejuicios, y además, saldrán de allí con la piel como la de un bebé, y esa sensación de bienestar no se consigue con cualquier actividad (además, sale por el módico precio de 20 euros como mucho, y incluso si quieren masaje relajante, por 10 euros más. Cuánto se dejarían en un spa?).
Y ya después de este relax… prepárense para el súper ambiente que habrá en la Plaza Djemaa el Fnaa. Es curioso, si van pasando a lo largo del día por este espacio, en diferentes horas, irán comprobando cómo más tarde se va haciendo, más llena de gente está. Y gente paseando, comprando, vendiendo de todo, y cuando digo todo es todo: hacerte fotos con monos, lagartos, serpientes… cuenta cuentos, tatuajes de henna, quits para el hammam… y todo tipo de productos que puedan adquirir.
Verán que aún no he mencionado hacer compras por los zocos. Y es que en un día no hay tiempo para todo. Merece la pena esta actividad y callejear, porqué aunque no compren nada, callejear por esos espacios es único, se viven muy bien cómo es la vida de estas gentes y el bullicio de la medina de Marrakech. Además que es una exposición impresionante por barrios de todas las artesanías de este país de colores, luz, aromas y sensaciones. Prueben los cacahuetes garrapiñados, y el maíz tostado especiado (con un toquecito picante que le da muy buen sabor), párense en esas paradas de especias, disfruten de su aroma y su colorido. Si quieren pasar tiempo, habrá que escoger entre esto, o las visitas que he sugerido antes para después de comer. O la otra opción es quedarse en Marrakech, una mañana más.
A la hora de la cena, no lo duden, cojan una pizza (en la calle Derb Dabachi hacen unas en horno de leña por 1-2 euros), y vayan a disfrutarla en la azotea de su riad. Por supuesto han de alojarse en un riad de la medina. Qué gracia tiene hospedarse en un hotel occidental en la parte moderna? están ustedes en Marruecos, vívanlo!!!
Finalizarán el día con ese barullo de fondo, ustedes en la azotea, y miles y miles de personas merodeando por la plaza, abarrotada de gente hasta bien entrada la 1 de la madrugada, dando ese ambiente tan característico, no sólo Marrakech, sino de todas las ciudades de Marruecos.
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